Siempre he pensado que las “ideas” no tienen ningún valor, de hecho todo el mundo tiene ideas por ello las mismas no poseen un valor más allá del percibido por su creador. Sin embargo, totalmente diferente es la capacidad de ejecución de esta, la cual por lo general es realizada por un equipo de trabajo capacitado o un Emprendedor orquesta que decide apostar por crear su propia empresa.

Pero bueno, la verdad es que todo comienza con una “Idea”. La famosa expresión de ¡Eureka! dicha por el matemático Arquímedes condensa la felicidad que siente un emprendedor cuando su idea es factible y posee los conocimientos para llevarla a cabo.
El trayecto de la idea al prototipo de nuestra Startups no es nada fácil y muchas veces está lleno de lo que se conoce como la “montaña rusa del emprendedor”. Algunos días sientes que te comerás al mundo y otros simplemente quieres cerrar todo y seguir trabajando por un sueldo fijo.
Evalúa tu idea con estos puntos claves
Antes de comenzar a trabajar tu idea valida la misma con el mercado para ver que efectivamente exista una posibilidad de viabilidad porque de lo contrario fracasarás.
Es cierto que tampoco debes tener la mejor idea ya que si tienes un poco de suerte las cosas tomarán un rumbo inesperado pero aceptado por cualquiera. Tomate el tiempo para evaluar tu idea y ver si tiene algunos de los siguientes componentes que son indispensable para la puesta en marcha de una empresa.
- Tiene un mercado objetivo
- Posee competencia
- El mercado está definido y preparado para el producto o servicio
- Te encuentra en las condiciones perfectas sociales para el lanzamiento
- Resuelve una necesidad
- Las personas estarían interesadas en pagar por tu solución
- El producto o servicio es escalable
- Puede ser repetido en otros países